NUEVAS DIRECTRICES EN TIEMPOS DE PAZ

Escrita por el dramaturgo y guionista de TV brasileño, Bosco Brasil, en los días posteriores al atentado a las torres gemelas de Nueva York, la obra  Directrices en tiempos de paz constituye un sólido texto que muestra la contraposición de dos culturas en el contexto del fin de la Segunda Guerra Mundial. En la versión local, realizada por la compañía Buvas, la historia se remite a la llegada a Chile de Clausewitz (Carlos Valenzuela), un inmigrante de origen polaco, otrora actor, que pretende obtener una visa para forjar una vida alejada de los horrores de la guerra. Sin embargo, en una aduana de puerto se encuentra con Segismundo (Mario Bustos), un funcionario de migraciones que ha sido instruido para controlar el acceso de personas proclives al caído régimen nazi. Clausewitz, utilizando sus dotes histriónicas, intentará convencerlo, a ratos con cierta dosis de ingenuidad, que no era partidario de Hitler y que sólo busca un lugar para construir su futuro.

 

La obra fue estrenada en Brasil en 2001, bajo la dirección de Ariela Goldmann y 8 años más tarde el texto sirvió de base para la realización de la película Tiempos de paz, dirigida por Daniel Filho. La crítica de ese país elogió la actuación de Tony Ramos en el rol de un implacable Segismundo, que durante la película mantiene un duelo verbal similar al de la obra de teatro con el soñador Clausewitz, interpretado por Dan Stulbach. No obstante, el metraje del filme permitió desarrollar otras aristas de la historia, como por ejemplo la participación de Segismundo como oficial de la policía política del gobierno del dictador Getulio Vargas. Es notable la caracterización de Ramos como un ex torturador devenido en empleado de Migraciones en la aduana de Río de Janeiro, donde interroga a cada extranjero que viene huyendo del fin de la Segunda Guerra.

 

El montaje de la compañía Buvas, que estará en cartelera en la sala Ladrón de Bicicletas hasta el 30 de septiembre, privilegia claramente la progresión lineal del texto dramático y la dirección, definida por la propia dupla Valenzuela-Bustos, es extremadamente pulcra y correcta dentro de los márgenes del estilo realista. Es una puesta en escena simple y concreta, que nos sitúa en la frialdad de una oficina de los años ’40 y donde a ratos, entre cada línea de diálogo, se cuela un vacío que surge de lo devastado que están ambos personajes. Sus miserias, muertes y culpas van inundando el clima de la obra, que se va instalando como un gran plano general, en el que los escasos movimientos de Clausewitz y Segismundo nos recuerdan que estamos frente a dos seres que parecen estar compareciendo las acciones que los atormentan y que ya no pueden eludir.

 

 

Autor
BOSCO BRASIL
PRENSA